En busca del Gran Cedro
Cuando mi amigo Pedro me comento su idea de subir Beni
Hassan, rápidamente recordé un antiguo articulo que hablaba de los Cedros mas
septentrionales de África, es una foto realizada en junio de 1928,pertenece a
una expedición efectuada por los botánicos españoles P. Font y E. Gros, en la
misma, aparecen tres enormes cedros entre restos de otros caídos, el lugar,
alguna parte de la cima del Jebel Kelti, esta especie, este majestuoso árbol,
que podemos encontrar en el medio atlas y en la zona central del Rif es una
gran conifera, lo caracteriza su forma piramidal, su frondosidad, altura,
llegando a alcanzar los 50
metros , robustez y longevidad, los cedros puedes llegar
a vivir 2000 años, Crean grandes comunidades y ellos mismos hacen propicios los
suelos de sus bosques para su subsistencia. Un bosque de cedros esta asentado
sobre los desechos de sus progenitores, de los sedimentos que retienen sus
hojas, de las partes de las que se desprenden ellos mismos, al morir un Cedral,
el suelo se desertiza, la piedra se apodera del lugar, los sedimentos
desaparecen, desapareciendo a su vez una gran bio-diversidad, representan un
elemento muy importante en la lucha contra el avance del desierto en dirección
norte.
Después de estudiar muy bien el terreno, decidimos que
subiríamos a las faldas del jebel Kelti, elegimos para tal fin la ruta que
desde la carretera N2 que une Tetuán con Chechaouen y antes de llegar al Hamra,
se desvía a mano izquierda y nos acerca al Aduar de El Ouadiyine. Desde este
punto, primero entre los huertos de esta comunidad y cruzando un pequeño
puente,700
metros sobre el nivel de mar a los 1500 en un corto
camino. El suelo es extremadamente frágil, las rocas se desprenden a tu paso y
la vegetación se agarra a cada grieta que la piedra permite.
llegaremos a Addar aquí comienza una tortuosa subida con un fuerte desnivel.
El desnivel se acentúa, nos giramos y tenemos una perpestiva
extraordinaria, todo el valle de los Beni Hassan la carretera que comente al
principio con sus tortuosas curvas, las diversas casas que escalonan esta zona,
las concentraciones de árboles en zonas habitadas, las terrazas cultivadas por
todo el valle. Al fondo, mirando hacia el oeste, Beni Leit y la cordillera del
Bouhachen y casi a nuestro lado Tizzi Achcrad, una mole de roca viva.
Continuamos nuestra penosa subida, cada vez más pronunciada,
llegamos a pensar que es una pared escalonada y sin fin.
Poco a poco y solo al final se suaviza, lo primero que
apreciamos al llegar a la parte alta es un pequeño promontorio vallado con una
muralla de piedra, es la tumba de un hombre santo, Sidi Ali.
Aquí comienza una pequeña zona de cultivo, entre rocas, las
terrazas conservan una buena tierra, ahora en espera de la siembra, pero ya ha
sido preparada para la misma, los terruños de color marrón tierra y las
parcelas limitadas por pequeñas murallas de piedras del lugar unas sobre otras,
sin mas unión que le equilibrio de las mismas.
Con un pequeño desnivel tomamos dirección sur, un pequeño
farallón nos impide el paso, tenemos que esquivarlo por su parte izquierda,
casi desaparece el camino pero con un poco de esfuerzo podemos apreciar por
donde pasan los lugareños, siguiendo estos pasos salvamos el obstáculo y
desembocamos en una zoma mas agradable.
Lo primero que apreciamos es un pequeño cauce a nuestra
izquierda, casi sin sendero este cauce es el camino que conduce a Tamelout,
maravilloso pueblo en la cara este del Kelti con unas terrazas a la sombra de
la montaña que permiten apreciar la buena tierra de cultivo que aquí se
asienta, al fondo podemos ver la el paso que llaman Bab Babat.
Nosotros continuamos dirección sur, podemos apreciar un pequeño
llano con una gran formación rocosa a nuestra derecha, podemos apreciar los
primeros árboles, Quejijos de montaña, arces y cedros.
Avanzamos, el terreno se hace mucho mas agradable, se
forma como un pequeño vallecito, en la
parte derecha y en las faldas de este monte, existe un frondoso bosque los
cedros son su principal componente, podemos apreciar que algunos son ejemplares
muy considerables, verdaderos mastodontes jóvenes con cientos de años.
El corredor se estrecha poco a poco, a nuestra izquierda
hemos dejado el sendero que sube a la cima del Jebel Kelti, en otra ocasión lo
subiremos, ahora continuamos hacia la zona que llaman Bab Mias, el bosque nos
sigue acompañando. Hemos salvado algunos obstáculos, incluido un cercado hecho
de ramajes y varas de majuelo, con sus púas incluidas.
En una subida y fuera del bosque, lo vimos, sobresalía de lo
normal. Hera un gigante, en esta zona los cedros no suelen ser muy altos, se
encojen para hacerse mas resistente a los fuertes vientos que desde la costa
azotan esta montaña, pero ha este no le importaba.
Podía tener mas 25 metros de altura, de su impresionante base
del tronco con aproximados 12
metros de circunferencia y a unos ocho metros de altura
se dividía en una diversidad de ramas, tres de ellas en vertical, podían
suponer otros árboles por si solas, estaba de un frondoso impenetrable, muy
sano, se apreciaba como se sujetaba a la tierra en una tremenda exhibición de
fuerza, un verdadero regalo de la naturaleza.
Continuando nuestro camino, llegamos a un promontorio desde
podemos ver Bab Mias, una zona de cultivo de montaña rodeada de un bosque de
cedros al fondo y a lo lejos, Jebel Tasot, en Talassentane.
Prácticamente estamos en la parte más alta de nuestra
caminata, vemos al sur el Jebel Izmamene y el comienzo de la vaguada que se
dirige a Isfasha en el valle del Oued Lau, nosotros tomamos rumbo opuesto,
la vegetación
cambia repentinamente, en la bajada predomina el pequeño bosque de carrasca, en
su parte alta hemos dejado algunos alcornoques, el camino comienza a tomar una
considerable pendiente, debemos tomar toda clase de precauciones, la tierra y
roca esta muy suelta, es fácil resbalar y caer.
Comenzamos a ver a nuestros pies nuestro destino, estamos bajando
dirección hacia Tasla, luego nos
desviaremos para enlazar de nuevo con la zona de Addar, los aduares desde aquí presentan
un aspecto inmejorables, estamos en primavera, los árboles frutales por
doquier, higueras, manzanos, perales, árboles para sombra, chopos tiesos como
estatuas.
Llegamos al fin de la jornada, entre acequias y cultivos
terminamos este día.